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Eficiencia económica de la agricultura.
Análisis comparativo de pequeños, medianos y grandes productores.

JUSTIFICACIÓN



En Colombia, la viabilidad de la agricultura familiar ha quedado demostrada con su persistencia en las  condiciones tan extremadamente difíciles y hostiles que ha tenido que enfrentar en el campo colombiano. Se constata,  hoy en día,   que la agricultura familiar contribuye con un poco más de la mitad de la producción agrícola, con cerca del 80% de la producción cafetera y con una tercera parte del valor de la producción pecuaria (Varias fuentes en Forero et al. 2012 SISPAND). Sin embargo no deja de inquietar el interrogante sobre sus posibilidades de continuar contribuyendo al desarrollo económico del país y de seguir siendo un protagonista fundamental de nuestro sistema agroalimentario. Por supuesto que esta pregunta es crucial en el actual momento en que la sociedad colombiana busca la forma de resolver el conflicto rural y trata de encontrar cuál es el modelo de desarrollo que más le conviene al campo colombiano. En efecto en el país se ha debatido en los últimos años si los grandes empresarios son más eficientes que los pequeños productores y de ser así si el modelo de desarrollo debe centrarse en propugnar por el crecimiento de la denominada agricultura empresarial. A no dudar este debate se ha inclinado a favor de este tipo de agricultura a un punto tal que algunos académicos consideran que en el país se ha privilegiado un modelo de desarrollo agropecuario capitalista en detrimento de la producción de los pequeños agricultores dentro de los cuales se encuentran los denominados agricultores familiares  y los  campesinos.



Otra pregunta crucial es si en Colombia la agricultura  familiar tiene la capacidad de generar ingresos a los hogares rurales que los coloque por encima del nivel de pobreza.  En varias ocasiones se ha afirmado, con base en datos de las encuestas de hogares, que quienes trabajan su propia tierra obtienen ingresos tan bajos que su condición de agricultores, a pequeña escala, no les permite salir de la pobreza. (López et al, 2.000: 75 a 77; Berry y Bejarano, 1.990: 250). Más claramente se ha insistido en que la pequeña producción agropecuaria reproduce la pobreza. Este planteamiento es refutado con la evidencia encontrada en varios países y muy específicamente en Colombia en donde en varios estudios, realizados en una amplia gama de zonas rurales, se ha mostrado que los campesinos (y los agricultores familiares) obtienen ingresos que remuneran su mano de obra muy por encima de los jornales agropecuarios y muy por encima también del  salario mínimo legal vigente (Forero, 2010). Es decir se tienen evidencias que muestran que el trabajo agropecuario en sus propias parcelas es la mejor opción para que los hogares rurales obtengan niveles de ingreso por encima de la línea de la pobreza. 



La cuestión es, entonces, si la agricultura familiar puede continuar  contribuyendo protagónicamente al crecimiento y a la estabilidad de la producción agropecuaria y si puede coadyuvar,  además, a la superación de la pobreza rural.  O si bien, en las actuales circunstancias, debe esperarse que más bien sea la gran empresa agrícola la principal responsable del desarrollo económico de la agricultura.



Para dilucidar estos interrogantes esta investigación se planteó específicamente la pregunta sobre la eficiencia económica de los pequeños, los medianos y los grandes productores agrícolas. ¿Cuál de este grupo de productores es más eficiente?; ¿cuál es ineficiente?

Y la respuesta, después de analizar la información levantada en doce zonas del país, es que, en promedio, tanto los grandes productores como los pequeños presentan indicadores de eficiencia económica, similares.

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